Desarme nuclear y la lucha contra el imperialismo

Un seminario web con:

  • Jeremy Corbyn, miembro del Parlamento del Reino Unido y fundador del Peace and Justice Project.

  • Masako Wada, hibakusha y secretaria general adjunta de Nihon Hidankyo, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2024.

  • Carlos Umaña, copresidente de IPPNW (International Physicians for the Prevention of Nuclear War) y miembro del grupo directivo de ICAN (International Campaign to Abolish Nuclear Weapons).

  • Nick Rabb, quien aceptó reemplazar a Jeremy en corto plazo. Es miembro del movimiento pacifista estadounidense y forma parte de la junta de la Campaign for Peace, Disarmament and Common Security.

Ochenta años después de que Estados Unidos lanzara bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, el desarme nuclear sigue siendo de relevancia crítica. Históricamente, las campañas por el desarme nuclear y los movimientos antiimperialistas han convergido profundamente en su oposición compartida a la violencia estructural, la injusticia y las jerarquías del poder global.

Las primeras protestas antinucleares desafiaron directamente a las potencias imperiales que realizaban pruebas nucleares en territorios colonizados. En la Conferencia de Bandung de 1955, las naciones recién independizadas condenaron las armas nucleares como instrumentos de coerción imperial. África, en particular, jugó un papel pionero en esta lucha: Kwame Nkrumah organizó la histórica asamblea Un mundo sin la bomba en Acra (1962) y, en 2009, el continente consolidó este legado al crear la primera zona libre de armas nucleares a nivel continental en el mundo.

El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1968 institucionalizó la jerarquía global al reconocer a cinco potencias nucleares mientras negaba a los demás el derecho a dichas armas. De manera significativa, su aplicación se mostró selectivamente anti-Sur Global: las políticas de no proliferación apuntaban a Estados como Irán y Libia, mientras se ignoraba a aliados como Israel. Esta doble moral expuso a la diplomacia del desarme como un mecanismo de control más que como un verdadero compromiso con la seguridad universal.

En consecuencia, el movimiento pacifista mundial ha vinculado de manera constante la abolición nuclear con el antiimperialismo. El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) de 2017 ejemplifica este legado: surgió del liderazgo del Sur Global e invocó principios humanitarios para deslegitimar la disuasión nuclear. Su negociación evocó deliberadamente el espíritu de Bandung, rechazando las asimetrías de poder arraigadas en el TNP.

Next
Next

Reunión de Bogotá sobre Palestina decide medidas concretas para detener el genocidio